Comunicado ante el desalojo de la Plaza del 15M

HOY TODOS A LA PLAZA 15M (fuente dorada)
Esta madrugada a las 4:00 a.m. la policía ha irrumpido en la plaza de Fuente Dorada, donde desde hace más de dos meses nos encontrábamos reivindicando nuestro derecho a reunirnos pacíficamente. El desalojo se ha llevado a cabo sin darnos el aviso previo que la policía, desde (la jefatura nacional), nos aseguró que nos comunicaría cuatro horas antes de darse esta situación.

En el momento del desalojo había seis personas despiertas pertenecientes a la acampada y otros dos compañeros que apoyan el movimiento. Algunos estaban manteniendo una conversación tranquila en la zona de la cocina, otros preparaban un cartel con información sobre Islandia, y otro se preparaba para partir a la marcha popular indignada y acompañar al resto de nuestros compañeros hacia Madrid, en otro ejemplo de nuestra forma de manifestación y protesta pacífica. De repente han aparecido coches y furgonetas de la policía (nacional y local) por todos los extremos de la plaza 15 de Mayo (antigua plaza Fuente Dorada). Se han bajado más de 20 policías y mientras algunos controlaban a los que estaban despiertos para que no tocasen sus efectos personales (por supuesto nada de móviles) ni se moviesen de donde estaban, los demás han ido directamente a las tiendas a despertar a todos los acampados para realizar esta misma operación, impedir que utilizasen sus móviles.

A partir de ahí todo ha sido muy rápido. Nos han separado a chicos y chicas, nos han obligado a enseñarles nuestros efectos personales y nos han registrado, cacheado e identificado a todos los presentes en la plaza. Y aquí han empezado sus incoherencias. A la hora de recoger, algunos policías nos han dado permiso para recoger todos los objetos que fueran nuestros o que tuviésemos que devolver a sus respectivos dueños, pero mientras realizábamos esto otros policías nos lo han impedido, obligándonos a dejarlo ahí y viendo como lo tiraban a un camión junto a palés y cartones rotos mientras nos decían que no nos preocupásemos que podríamos recogerlo todo mañana.

Cuando han decidido, nos han echado de la plaza y las inmediaciones, quitándonos el derecho de estar sentados pacíficamente bajo los soportales. Hemos tenido que circular por calles alejadas cargados con nuestras pertenencias. Mientras, ellos, avisaban a un camión triturador y terminaban con lo que quedaba del campamento. Una vez en casa de una compañera, nos pusieron un furgón delante de la puerta, para impedir que saliésemos.

No estamos cansados, ni desanimados, vamos a seguir adelante. Esto solo era el comienzo, conocemos el camino y volveremos si así lo decide la asamblea.

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