España, rescatada pero no salvada

Hemos recibido la traducción del siguiente artículo de Raymon Zhong publicado el pasado día 30 de Octubre en The Wall Street Yournal, que nos deja un claro reflejo de como en el ámbito internacional se percibe la  actual situación de España y que por el interés de su contenido os trasladamos.

España, rescatada pero no salvada

por Raymond Zhong

Mientras Mariano Rajoy reflexiona sobre la posibilidad de otro rescate, la profunda disfunción política se mantiene. Este es el problema que no va a arreglarse con los rescates a Europa.


En los recientes intentos de España por enderezar su economía, ha surgido un patrón: intervención tras intervención, con titubeos a medida que el problema se agrava, “reformas” que acaban siendo subidas de impuestos (y en ocasiones lo que parecen ser “amiguismos”).


El mes pasado, La Moncloa anunció “quizás una de las reformas más necesarias” para hacer frente al “agujero de la deuda dejada por los gobiernos anteriores”. Desde 1998, España ha subvencionado la producción de energía renovable a través de primas en las tarifas eléctricas, exigiendo a las compañías eléctricas pagar a los productores de energías renovables un fijo por encima de los precios de mercado para su producción. Funcionó. En 2008, España fue responsable de la mitad de las nuevas plantas de energía solar creadas en el mundo en términos de potencia.


Pero para que la factura de la electricidad de los hogares no creciera demasiado rápido, el gobierno cubriría los costes adicionales de las eléctricas. El “déficit de tarifa” acumulado ha crecido hasta llegar a los 24 mil millones de euros en este año, y se prevé que continúe creciendo 5 mil millones de euros cada año (el déficit presupuestario para toda España en 2011 fue de 100 mil millones).


La solución dada en septiembre es un impuesto del 6% sobre toda la producción de energía, renovable o no. El Tesoro español también asumirá 2.1 millardos de euros en los costes del próximo año debido a las obligaciones pendientes. La aparición de nuevos impuestos sobre los residuos nucleares y la energía hidráulica complementarán las medidas, con lo que se espera eliminar el nuevo déficit a partir de 2013.


Al anunciar la reforma, la ministra Soraya Sáenz de Santamaría afirmó estar segura de que las medidas no afectarían a los hogares, Citi, sin embargo, estima que 1,1 millardos de euros de los nuevos ingresos del próximo año vendrán de los consumidores, a los que las eléctricas transmitirán sus altos costes.


Esta no es exactamente la reforma que los analistas esperaban unos meses atrás, en julio, el ministro de Industria, José Manuel Soria propuso gravar viento, la generación de energía solar y térmica a una tasa mayor que la producción de combustibles fósiles para pagar el déficit, déficit que después de todo, se había generado previamente para pagar a los productores de energías renovables. Pero el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro insistió en que el nuevo impuesto sería independiente de la tecnología.


Tenemos alguna idea de por qué: el hermano del señor Montoro y el hermano de su jefe de gabinete forman parte de un grupo de presión que asesora a empresas solares. “Este conflicto [de intereses] que estamos analizando no existe porque no hay una política fiscal en materia de energía que hayamos cambiado”, dijo el señor Montoro a Bloomberg en agosto. “Hemos hablado de ello, pero la política no se ha decidido.” La política se decidió en el Consejo de Ministros unas semanas más tarde.


El pesimismo brota en España cuatro meses después de que la UE haya rescatado a los bancos españoles y casi dos meses después de que Mario Draghi comprometiera al Banco Central Europeo a reducir los costes de endeudamiento de Madrid. Se espera que habiendo dejado atrás las elecciones de este mes en Galicia y el País Vasco, Mariano Rajoy esté a punto de hacer una petición formal a Europa para un rescate total, o eso se cree. Algunos sostienen que el presidente va a retrasar aún más la petición, para evitar que la decisión parezca fijada por el calendario electoral.


También hay dudas acerca de si Angela Merkel aceptará otra solicitud de ayuda, incluso si desde Madrid sólo se pide una línea de crédito preventiva en lugar de préstamos inmediatos. La máxima para el señor Rajoy es idéntica a la de todo adolescente: Si no estás seguro de obtener un “sí”, entonces es mejor no preguntar.


El lanzamiento de globos sonda es una estrategia para las reformas con la que los españoles están íntimamente familiarizados. Con el Partido Popular disfrutando de la mayoría más amplia de la historia en el Congreso, y dominando 11 de los 17 gobiernos regionales de España, el Sr. Rajoy es el líder más poderoso del país en décadas. Sin embargo, desde que entró al poder el diciembre pasado, el gobierno del PP ha gestionado tímidamente la crisis. Un banquero de Madrid llama a esto de manera poco halagadora el “enfoque japonés”.

La cautela parece estar funcionándole en el extranjero al señor Rajoy, cuyo desaborido y sumiso estilo político tiene su pariente más cercano en los burócratas del Partido Comunista de China. Como el presidente griego Samaras Antonis, el Sr. Rajoy posee el favor de la Sra. Merkel, siguiendo órdenes, produciendo con gotero reformas económicas y manteniendo la paz en casa. Un estilo Berlusconi o Papandreu parece poco probable que se de.


Como tan poco probable es que se de: una revisión del sistema de pensiones, una reforma seria del mercado de trabajo o una reestructuración de los edificios municipales y el sector público. Mantener un pie en el default permite el señor Rajoy no tener que hacer algo tan drástico: la mera promesa de un colchón del BCE ha provocado el desplome de los costes de financiación del país.


También libera el señor Rajoy para hacer frente a otras prioridades nacionales. En su primera aparición en la Asamblea General de la ONU el mes pasado, el Sr. Rajoy pidió a Gran Bretaña a reanudar las conversaciones bilaterales sobre la soberanía de Gibraltar, a lo que David Cameron se negó.


¿Por qué esta disfunción de la clase política? César Molinas, ex integrante del Ministerio de Economía y de Merrill Lynch, publicó un ensayo valiente en El País el pasado mes culpando al sistema electoral. Debido a que los votantes españoles eligen a sus legisladores mediante listas cerradas elaboradas por los barones del partido, los políticos responden a los líderes del partido y no a los votantes. Un sistema de first-past-the-post, defiende César Molinas, disolvería la influencia de las maquinarias partidistas.


La tesis tiene mucho a su favor. La estructura de los partidos, al mismo tiempo de arriba hacia abajo y altamente descentralizada, enreda a la capital en una telenovela constante con los gobiernos regionales.


Para el horror de Europa, el Sr. Rajoy aplazó la publicación de su primer presupuesto general hasta que los electores andaluces eligieran  a su nuevo gobierno, fue en marzo y tras tres meses en el cargo. Esto no fue debido a que el señor Rajoy necesitara necesariamente una mayoría de su partido en el decimosegundo gobierno regional, se debió a que el jefe del PP de Andalucía en ese momento, Javier Arenas, es un hombre de confianza del señor Rajoy. El Sr. Arenas desde hace años puja con Dolores de Cospedal, ambiciosa baronesa del PP en Castilla-La Mancha, por influencia dentro del partido.


Sin embargo, la disfunción tiene también una explicación más sencilla, la importancia en España del enchufismo, del estar conectado. No hay trabajo, ni en el banco central, ni en el Tribunal Constitucional o el cuerpo diplomático al que se pueda llegar sin la aprobación de los jefes del partido. La burbuja inmobiliaria comenzó cuando las cajas de ahorros regionales se convirtieron en vehículos para los préstamos dirigidos políticamente.


De ahí que todos los partidos estén poblados de mediocres a todos los niveles: desde José Bono, antiguo ministro de defensa de los socialistas, un populista al estilo campechano centroamericano; al ministro de Educación, José Ignacio Wert, quien se comprometió a “hispanizar” a los niños catalanes para resolver la crisis secesionista.; o al ex-secretario general del Partido Socialista José Blanco, quien recibió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III el diciembre pasado, sólo dos días después de que el Tribunal Supremo abriera una investigación sobre acusaciones de soborno.


Y en España como en otros países, el privilegio clientelar es su propia propagandista. Una encuesta de 2010 realizada por Monster hizo público que el 72% de los españoles querían trabajar en la administración pública, “no hay emprendedores en España”, me comentaba un gestor de inversiones con tristeza.
Como en el lío de España, en la crisis de Argentina de hace una década (esta es la comparación que a nadie le gusta que aparezca) había fundamentos económicos claros. Pero el daño profundo se hizo también para la reputación del gobierno argentino. Mucho es arbitrario y cruel acerca de cómo España se rige, también. La descripción en 1937 de W.H. Auden en su poema “España” viene a la mente: “that arid square, that fragment nipped off from hot / Africa, soldered so crudely to inventive Europe.”

Fuente: The Wall Street Yournal

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