“Donde hay justicia no hay pobreza” (Confucio)

(MASH)

El Grupo Alegría no es una asociación cualquiera. Es posiblemente lo que en profundidad cabe esperar de una asociación sin ánimo de lucro que se precie, a cuyo frente Charo Zarzuela se bate el cobre día y noche por enfrentarse a todos y cada uno de los problemas que a este grupo se le vienen encima y no son pocos.

Hablamos de personas en su mayoría de edad madura con una discapacidad intelectual cuando no huérfanas con unos padres en situación prácticamente de dependencia, -que no legalmente porque ni siquiera para ellos está constituida la Ley de Dependencia- , y con unos niveles de marginalidad, -tanto económica como social- alarmantes, de los que nadie en esta ciudad quiere hacerse cargo.

Pero es más, el hecho de que Charo, sí quiera hacerse cargo y no esté dispuesta en modo alguno a abandonarlos, institucionalmente y asociativamente parece ser que molesta, por lo que ronda desde hace años sobre ellos la presión de buscarle patas al gato y quitárselos del medio, quizás con la intención de que así se borre la huella de la vergüenza,  porque en definitiva, en este escaparate de la falsedad política y social, en el que sin duda no encajan, molestan.

Hace un par de años vimos como el Ayuntamiento, dándoles una de cal y otra de arena, les otorgaba la concesión de un edificio inaccesible, mientras a su vez les obligaban a dotarle de accesibilidad con sus propios fondos, porque sabían sobradamente que fondos no tienen . Les costó dios y ayuda además de muchas denuncias públicas conseguir esa accesibilidad que requerían con urgencia especialmente para uno de sus miembros con una discapacidad física, Miguel y que tristemente fallecía días después de estrenar el peleado elevador . Aun así, esto les mantuvo, firmes y fuertes, sabiéndose partícipes de la Alegría de poderse seguir ayudando los unos a los otros a través de los pocos fondos para mantenimiento que recibían, invertidos mayoritariamente en dar ayuda real y directa a estas personas y sus familias.

Tal vez sea esto, el dar ayudas directas y no inventadas por pequeñas que estas puedan ser, -como un plato de comida, el poner frente al tapete la existencia encarnada de una serie de duras, crudas, crueles, injustas e inhumanas realidades-, lo que tanto molesta; quizás con el componente añadido de algún oscuro interés inconfesable, hasta el momento en que se convierta en irremediable zambombazo, lo que les ha llevado a la situación en que ahora se encuentran.

De pronto y sin más argumento que el de que hay que ajustarse el cinturón ante una situación económica insostenible, la Consejería de Familia e igualdad de la Junta de Castilla y León les comunica que para el próximo ejercicio no habrá subvención de mantenimiento para ellos, pero además les insta a hacer frente a una serie de mejoras del edificio de propiedad municipal para poderse reconvertir en centro ocupacional, si quieren seguir funcionando de una forma regulada y autorizada institucionalmente, cuando saben que no tienen dinero para ello.

El miércoles acudimos a la convocatoria de una concentración a la puerta de su sede en la Plaza de Carmen Ferreiro, como rechazo a esta situación, en la que una vez más pudimos constatar el terrible significado de la marginalidad sobre la marginalidad que nuestras instituciones representativas, políticas y sociales parecen estar ejerciendo.

Ayer mismo en la Asamblea celebrada del 15M Zona Sur, tratamos el tema y su situación, en la que decidimos unánimemente, no dejarles solos y junto con ellos NO RENDIRNOS.

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